Vemos un documental, seguimos al protagonista en su vida cotidiana sin que nada aparente que hay algo extraordinario en ella, vemos sus problemas familiares, conocemos sus hábitos, etc. Sabemos que tiene un "trabajo" del que no sabemos muchos detalles hasta que es conducido a una instalación militar y vemos cual es su verdadero trabajo: Se trata de un "big man" que debe combatir a los monstruos gigantes que atacan a nuestro mundo bajo el control del ejército. Pero el mundo de los monstruos gigantes ya nos lo que era, controlado por las audiencias televisivas de los combates, nuestro héroe se ve obligado a llevar publicidad y a mantener en sus peleas actitudes políticamente correctas si no quiere que la sociedad se le eche encima.
Utilizando la técnica del falso documental se nos explica esta bizarra historia, definitivamente una de las películas mas extrañas que haya tenido ocasión de ver, porque si lo que os he explicado hasta ahora no era suficiente, el tramo final de la cinta sustituye las peleas de monstruos gigantes realizadas con efectos CGI de ultima generación por héroes disfrazados de la manera más grosera y absurda a la manera de "Inframan", "Ultraman" y demás delirios nipones de los 70. Imaginaros como debe ser este tramo de la cinta que aun estoy escuchando las risas de mi mujer y mi suegra que entraron en mi salón justo cuando estaba acabando de ver la película....
Esta obra es responsabilidad del cómico nipon Hitoshi Matsumoto que por lo que parece (no he tenido ocasión de investigar al respecto) es el gran innovador de la comedia en la televisión de su país. Desde luego que esta propuesta no dejará a nadie indiferente, ya que siempre ofrece una vuelta de tuerca adicional a su extravagante propuesta mientras avanza la historia entre las escenas cotidianas de la vida mundana de su protagonista y los delirantes combates con las imposibles criaturas.
Bajo tan aparatoso envoltorio, subyace una reflexión sobre diversos temas mucho mas realistas, como las audiencias televisivas (en una entrevista a dos muchachas éstas dicen : "nunca hemos visto el programa pero nos encanta"), la soledad y el aislamiento de la sociedad Nipona, la familia personificada en la hija fruto de su matrimonio roto y en el padre, igualmente un "big man", etc. Por cierto que el "big man" padre protagoniza un par de escenas clave, en una de ellas vemos lo que puede dar de si un kaiju-egia con un gigante con demencia senil, y otra supone la transición al epilogo final en un giro argumental difícil de interpretar (o simplemente es que no hay nada que interpretar y la única intención del autor es dejar a su publico con un palmo de narices, que todo puede ser, y desde luego lo consigue).
Las secuencias documentales con entrevistas, etc. se acaban haciendo aburridas, creo que un buen recorte en su metraje le hubieran hecho mucho bien a la cinta, mientras que los combates consiguen su efecto de contrapunto cómico-aparatoso con unos efectos CGI que varían entre lo sobresaliente y lo mediocre. No es para todos los paladares, pero cualquier película capaz de dejarte con la boca abierta de esta manera merece ser vista, especialmente aquellos interesados en de-construcciones del cine fantástico (me viene a la cabeza el "Quiero ser John Malkowitch" de Spike Jonze/Charlie Kaumpfman), encontraran un jugoso material para satisfacer sus instintos más bizarros.
Valoración: 6/10
Nota: Descubrí esta película en el trailer del DVD americano de "Déjame entrar", no hay pistas de estreno en españa, pero como esta producción ya tiene dos años y es posible que nunca se estrene, voy a hacer la vista gorda a mi política de no reseñar material no estrenado.
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