Tengo que reconocer que con algún altibajo que otro, la carrera de Jean-Pierre Jeunet (y Marc Caro mientras estuvieron juntos) siempre me ha interesado. Aún recuerdo como ví asombrado "Delicatessen" cuando se estrenó sin dar crédito a la originalidad y bizarrismo de la propuesta. Aquel mundo personal y surrealista me sedujo de lleno. Luego llegó "La ciudad de los niños perdidos" que no está tan bien considerada pero a mi me parece otra maravilla. No he tenido el... ¿gusto?... de ver "Alien Resurrección", pero la acusada por muchos (seguramente por los mismos que miden lo que les puede gustar una película de forma inversamente proporcional a su resultado en taquilla) "Amelie" me parece otro gran film lleno de detalles y hallazgos, y tampoco tengo mayores problemas con "Largo domingo de noviazgo" que es una preciosidad.
Casi seis años para culminar otro proyecto y ahora nos llegan estos "Micmacs à tire-larigot" (bueno confieso que no se exactamente cuando). Desde luego si algunos temas son reiterativos en la carrera de este hombre son la casualidad y la venganza. De hecho el argumento de "Micmacs" parece una versión ampliada y corregida de una trama de "Amelie": La historia de Lucien, el tendero esclavizado en la tienda de Mr. Collignon para quien Amelie diseña un imaginativo plan de venganzas y torturas. Es que de hecho el argumento de "Micmacs" no es nada original: Un pobre desgraciado ve como su vida se va a la mierda por culpa de dos empresas fabricantes de armamento y junto a una serie de extravagantes personajes que viven de reciclar basura intentará ejecutar un complejo plan de venganza.
-El increíble hombre bala solo puede estar protagonizado por el hombre de los caretos increíbles: Monsieur Pinon-
Si la trama no es demasiado original, lo que marca la diferencia son los detalles. Es cierto que el mundo cochambroso de los Micmacs se parece mucho al de "Delicatessen", pero la pléyade de personajes llenos de detalles (ese recordman de bala humana-el siempre presente Dominique Pinon-, esa contorsionista enamoradiza, esa calculadora humana, ....), lo acertado de la dirección de la compleja trama, ese fino límite entre tragedia y comedia típico de Jeunet, y el montaje frenético e imaginagivo marca de la casa, hace que merezca la pena su visionado.
-¡Pedazo panda de freaks!-
Quizá al acabar queda un regusto de que el tono de la historia ha sido excesivamente amable y se le podría haber aplicado un poco más de mala leche, pero que queréis que os diga, aunque sepa a Deja-vu para habituales de este autor yo me lo pasé muy bien, aunque reconozco que parte del disfrute vino de una cierta dosis de "guilty pleasure".
Valoración: 7/10