Resulta curioso que Godzilla sea considerada la película precursora del cine de monstruos gigantes cuando está claramente inspirada en "El monstruo de tiempos remotos", realizada por Eugène Lourié un año antes con efectos especiales Stop-motion del gran Ray Harryhousen. Técnicamente Godzilla es inferior, apenas utiliza stop-motion en un par de escenas y el monstruo está encarnado por un actor sobre maquetas a escala; Entrañable, pero sin comparación posible con lo realizado por el maestro Harryhousen. Sin embargo, apenas vemos al monstruo fugazmente en un par de escenas al inicio y al final además de la famosa escena de la destrucción de Tokio, por lo que no es en los efectos especiales donde se encuentra la grandeza de esta película. El gran aporte de Godzilla lo encontramos en la parábola anti-nuclear que propone, en el acertado ritmo cadencioso de los prolegómenos, y sobre todo en las espeluznantes imágenes del apocalipsis posterior al ataque del monstruo, que de forma premeditada traen a la memoria cualquier documental que uno haya visto sobre el desastre nuclear de Hisoshima y Nagasaki (especialmente emocionante es la escena donde un coro de niños entonan una triste melodía de desesperación). Además el final no es ajeno al ensalzamiento del honor y el sacrificio tan propios de la cultura nipona. Como siempre, unos son los verdaderos pioneros y otros se llevan la gloria, pero en este caso con razón más que justificada.
Valoración: 7/10
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Valoración: 7/10
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