Pues otro año de rock progresivo, o de rock en general, los que me conocen saben que para mi el rock progresivo a estas alturas es más una actitud hacia la música que una determinada sonoridad, así que igual que llamo a esta lista lo mejor del rock progresivo de 2010 la podría llamar lo mejor del rock de 2010 y quedarme tan ancho. La mayoría de álbumes de esta lista se han comentado en la sección QUATERMASS ROCK en artículos con vídeos y demás, solo tenéis que pinchar en los enlaces para acceder a los artículos correspondientes. Los que completan la lista no tienen post, pero no por ello os evito un breve comentario (en los otros pongo un extracto del post correspondiente). Así que sin más dilación, los 10 mejores álbumes de rock progresivo de 2010 (o los mejores álbumes de 2010 punto pelota) según este humilde blog son los siguientes:
10. Gazpacho - "Missa Atropos"
Los noruegos Gazpacho son algo así como los hijos bastardos de los Marillion post Fish, heredaron el estilo de la banda liderada por Steve Hogarth, para mejorar su propuesta de rock progresivo elegante y cargado de emoción, de manera que ahora están a años luz de los británicos como ya demostraran el año pasado con el imprescindible "Tick-Tock" (que coloqué como tercer mejor del 2009). Pura melodía y emotividad en una propuesta al alcance de todos los oídos.
09. The Soulbreaker Company - "Itaca"
Me alegra sobremanera incluir un álbum nacional en esta lista, y es que "Ítaca" tiene muy poco que envidiar a lo que se hace fuera de nuestras fronteras. El hard-rock progresivo de estos vitorianos bebe de las esencias clásicas de unos Deep Purple o Uriah Heep, pausando su propuesta y añadiendo toneladas de clase y creatividad en arriesgadas y creativas composiciones. Gran cantante, una genuina voz hard-rockera que engrandece en conjunto.
08. Areknamés - "In Case Of Loss..."
Quizá la selección más personal de la lista, pero es que lo de estos italianos es merecedor de reconocimiento. Acostumbrados a editar álbumes bestiales de hard psicodélico sacados de los 60-70 por una máquina del tiempo, ésta vez calman y enriquecen la propuesta con un disco muy elegante que coquetea por momentos con el jazz o con sonidos más tranquilos sin perder de vista arranques hard-progueros de Hammond chirriante (como debe ser). Todo ello con un estimulante halo de misterio y ocultismo.
Riffs a prueba de bomba combinados con partes instrumentales de guitarras claras y melódicas, todo ello aderezado con voces de todos los colores y con una sección rítmica impresionante (le perdonaremos que sea un pelín machacona). Pero lo mejor es su voluntad de ir más allá en la estructura de los temas, de ser creativos y entregar una experiencia diferente al oyente. Llamar a esto metal progresivo es tan corto de miras como llamarlo "viking black metal" como he leído por ahí.
Pineapple Thief es un grupo que he venido siguiendo desde hace bastante tiempo. A medio camino entre unos Radiohead en su vertiente más melódica (era "OK Computer") y unos Pink Floyd sinfónicos, lo suyo ha sido ir añadiendo ingredientes poco a poco para mejorar la receta siempre con muchas ganas y paciencia, porque les ha costado lo suyo llegar al reconocimiento unánime que están consiguiendo con este"Someone here is missing". La receta ahora contiene musculosas guitarras que me recuerdan por momentos a Tool, momentos de rock industrial que nos traen a la memoria a los Nine Inch Nails, y sobre todo unas composiciones a prueba de bomba absolutamente irresistibles.
Valga esta vaga introducción para comentar que la banda canadiense Black Mountainacaba de sacar al mercado su nuevo álbum “Wilderness Heart”, un excelente trabajo con regusto a las mayores glorias del rock de los años 70. Un álbum que te pone las pilas rockeras y que nos recuerda una manera de hacer música que creíamos perdida: Led Zeppelin, Pink Floyd, King Crimson, Deep Purple, Hawkwind, folk psicodélico,stoner rock, … todo ello cabe en su peculiar coctelera que no se dedica a homenajear sino a aportar personalidad, buen gusto y calidad compositiva.
Sorprende para un álbum de debut encontrar un nivel tan alto en la producción e interpretación de todos los instrumentos, el cantante es muy bueno, con una voz típicamente americana (el Pomp-Rock de unos Kansas o Styx también puede venir a la mente), y en general todos los ingredientes clásicos están sabiamente manejados, ya sabéis: Composiciones largas, partes instrumentales, cierta complejidad... pero en el caso de Haken todo es accesible. Por ello no extraña que estén rompiendo como una de las sensaciones del año.
El Podium
Oceansize son una coctelera que por momentos puede sonar a Black Sabbath, dar un giro hacia Radiohead o Muse, pasar por fragmentos post-rock a la Mogwai, y terminar con una descarga de riffs estructurados digna de unos Tool o King Crimson, sin olvidar que por ahí en medio puede caer algo de Hardcore melódico típico de unos Mars Volta oCoheed and Cambria, orquestaciones, samples, o cualquier cosa imaginable. Y como comento, no se trata de que el conjunto acabe siendo un cortar y pegar, sino que la gracia es que suena completamente cohesionado y todo acaba fluyendo de forma natural y sorprendiendo una y otra vez en cada escucha.
Si lo tuyo es el stoner, el progresivo, el space-rock, o simplemente el rock hecho con ganas e inspiración, no dejes escapar este disco que contiene una de las mayores exhibiciones de guitarra solista que recuerdo en años, lo de este hombre con las seis cuerdas (Steve Houtmeyers se llama el amigo) es antológico, sus melodías son para cagarse, y no hablo de virtuosismo, hablo de composición y de interpretación precisa y emotiva. Y todo ello acompañado de la mejor instrumentación y producción setentera, sí, esto está hecho a conciencia para venir salido del túnel del tiempo. Hendrix, King Crimson, Hawkwind, Santana, Deep Purple.... todo ello en una cóctelera de la que sale un brebaje de una calidad inusual, un bombazo que te explota en las manos (y en los oídos) y del que resulta complicado desengancharse. Madre mía, vaya descubrimiento.
Y resulta que "We´re Here Because We´re Here" es un puñetazo en la mesa de un grupo resentido, una reivindicación en toda regla de su potencial. Para nada siete años de gestación han resultado en un álbum poco fresco y sobreproducido. Los miembros del grupo han mejorado durante todo este tiempo como compositores y músicos, sonando especialmente la voz de Danny Cavanagh como nunca. Han consiguiendo sacarse de la manga diez temas espléndidos con imaginativos arreglos que rebosan elegancia y consiguen aquello que solo logran los álbumes verdaderamente singulares: que en cada escucha descubras detalles nuevos que te hagan regresar una y otra vez a ese mundo de sonoridades bellas y emotivas.