Pues gracias a que aún no se sabe muy bien el efecto de la ley Sinde ya podemos disfrutar cómodamente en nuestros domicilios de la nueva película de Darren Aronofsky. Y ojo, que yo creo que no es sostenible el actual cachondeo y barra libre, la situación tiene que reventar por algún lado: se harán menos películas, cerrarán distribuidoras, no se editará cine en DVD, algo pasará.... Por ello y a riesgo de que alguien se me eche encima diré que a mi no me parece tan mal la ley de marras siempre que se aplique a las webs de distribución masiva de enlaces con lucro, no a quien ocasionalmente publique un enlace o divulgue material descatalogado. Dicho esto, también esta claro que no se puede culpar a quien descarga un material imposible de conseguir de manera legal. Y si las distribuidoras no se dan cuenta del mundo global en que vivimos es que son cortas de miras, el estreno debe ser simultáneo en todo el mundo y ofrecerse en streaming a precio competitivo. Si yo quiero ver legalmente "The Black Swan" puedo coger un avión, irme a otro país y verla, si la quiero ver en mi país y no está disponible de manera oficial... ¿me fastidio?, esto no tiene sentido.... y ojo que alguien puede decirme que en los tiempos pre-internet me tenía que esperar por narices, pero el que lo vea así es que no ha entendido nada del cambio brutal en la globalización de las comunicaciones.
Pero vamos con la peli: El sr. Aronofsky es un tío muy interesante que salvo su debut "Pi" que a mi nunca me ha convencido pero que tiene sus seguidores, no ha dejado de hacer película interesante tras otra. La tremenda "Réquiem por un sueño", la alucinada y mística "The Fountain", la imprescindible "The Wrestler" y ahora nos llega este "The Black Swan" que persiste en historias arriesgadas y extremas filmadas e interpretadas de manera magistral, con bandas sonoras apabullantes y unos finales "in crescendo" que son para quitarse el sombrero.
En este caso la cosa va de Nina (Natalie Portman) una bailarina de ballet que se ve escogida para protagonizar "El lago de los cisnes". Nina no tiene problemas para interpretar al "cisne blanco" todo frialdad y técnica, pero se ve en problemas para interpretar al "cisne negro" dado que es incapaz de otorgar una pizca de sensualidad a su danza, atormentada por sus fantasmas internos, su represión sexual y la tensa relación con su protectora madre. Y bueno, empiezan a pasar cosas sobre las que es mejor no revelar mucho a riesgo de reventar la película, pero que están muy bien resueltas pese a los lugares comunes que transita y al riesgo de que alguien acuse a Aronofsky de "tramposo".
La verdad es que pese a que eso del ballet nunca me ha atraído (shame on me) disfruté mucho de la película incluyendo todas las secuencias de danza, me estoy planteando si me podría gustar ver un ballet en directo. Igual que sucedía en "El luchador", Aronofsky nos introduce dentro de la acción, bailamos con los protagonistas, los seguimos... Y me alegro mucho por Natalie Portman, una actriz que parecía que después de sus célebres papeles adolescentes ("Leon", Star Wars, ...) no iba a acabar de despuntar, y la verdad es que aquí el papelón es de órdago, de esos que otorgan Óscars de-facto.
Por cierto que la compleja sexualidad de la protagonista, su auto-discíplina artística y el papel de una madre exageradamente protectora, me trajeron a la mente la también notable "La Pianista" de Haneke.
Valoración: 8/10 .