The Spirit

Frank Miller, 2008
The Spirit es quizá el comic más influyente de la historia. En unas breves historias de siete páginas, Will Eisner sintetizaba géneros (aventura, misterio, fantástico, humor, erotismo,...) con un envoltorio tan rico como su fondo. Lamentablemente parece que Miller se ha quedado solo con el envoltorio, porque la descerebrada propuesta fílmica poca justicia hace a su referente literario.

Spirit trabaja al margen de la ley haciendo el trabajo sucio al que la policía no llega. Su lucha es intentar detener a Octopus (Samuel L. Jackson) en sus planes para dominar la ciudad mediante experimentos genéticos contando como ayudante con el personaje interpretado por Scarlett Johansson (en una interpretación demencial para una actriz de su talento). En paralelo Sand Saref (Eva Mendes), un antiguo amor de Spirit intenta jugar sus cartas en el duelo intentando sacar el mayor partido monetario a un objeto tremendamente codiciado por Octopus, una vasija conteniendo un elemento mitológico que ha de convertirle en inmortal.

-Jackson luciendo arsenal-

Algunos puntos resultan especialmente irritantes: El humor garrulo que pretenden darle a los ayudantes de Octopus (sobre todo con el horrible doblaje castellano, que los convierte en poco menos que en émulos de Torrentes y similares), y las reflexiones de Spirit en voz alta, que tienen su lado poético cuando ensalza su amor por la ciudad, pero resultan un poco cargantes cuando se recrea en recordarnos los detalles de la trama, no sea que alguien se pierda y el producto final no sea a prueba de niños.

Visualmente brillante (aunque nada nuevo desde la Sin City -codirigida por Miller-), la película resulta entretenida y la historia (vacía por otra parte) se sigue entre escenas que no aportan demasiado a la historia y otras tremendamente bizarras como la del numerito nazi donde Octopus y su ayudante intentan acabar con Spirit. Así, como un collage o cajón se sastre donde se van encadenando ideas más o menos afortunadas pero siempre visualmente llamativas va evolucionando el producto, siempre sobre una trama excesivamente simple y completamente descerebrada.

-¡Vaya panda de freaks!, nótese el canalillo de la moza como lo poco salvable de su actuación-

The Spirit es un producto completamente banal, vacío y sin la más mínima capacidad de perdurar. Sin embargo, su empaque visual, y algunos detalles como la actuación de Jackson que creo consigue crear un buen villano, hacen que el resultado final sea cuanto menos entretenido, aunque se debe ser consciente de lo Kitsch/bizarro/geek/camp (poner el adjetivo que se quiera) de la propuesta. La cinta se deja ver justo antes de olvidarla, aunque si eres fan del comic original, puedes coger un buen cabreo al ver algo tan ligero por mucho que las (múltiples) meditaciones del protagonista intenten darle un halo de transcendencia tan banal como el resto de la propuesta.
Valoración: 5/10
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