"¡Viva el vino!" (Mariano Rajoy, 2007)

Suck ....Rock Movies by TQX....


Rob Stefaniuk, 2009
Una banda de rock desconocida que sufre bastantes vicisitudes recorriendo el país tocando en garitos penosos sufre un día un pequeño acontecimiento de nada: Su bajista es atacada por un vampiro y pasa a convertirse en una no-muertoa, pero los poderes y cambios físicos que sufre la chica le otorgan un atractivo en escena que hace disparar la popularidad de la banda hasta extremos insospechados. La chica lo consigue mantener oculto hasta que se descubre el pastel y el grupo le hace prometer que no los vampirizará, pero con la convivencia diaria pasa lo inevitable y poco a poco van cayendo todos mientras son perseguidos por el implacable Eddie Van Helsing (¿pilláis el guiño?) interpretado con mucha coña por Malcolm McDowell.

-¿Quien se resiste a una banda de vampiros?-

La película está llena de guiños rockeros como escenas que recrean portadas clásicas de álbumes o los inevitables cameos de Henry Rollins, Alex Lifeson, Alice Cooper o Iggy Pop, de hecho en este caso no se trata de apariciones fugaces, tienen un cierto peso en la trama y cumplen interpretando sus papeles con la coña necesaria para el tipo de producción de que se trata. Los guiños también los tenemos hacia el cine clásico de vampiros, como ese roadie al que tienen como servidor y que está claramente inspirado en el Renfield de Bram Stoker.

-Alice Cooper, el rockero con más cameos de la historia-

La película es bastante divertida, y en general funciona bien pese a lo previsible de la trama, con algunos gags bastante desternillantes de gore-humor negro. La música es más que decente y las actuaciones musicales van "in crescendo" conforme el número de miembros del grupo vampirizados va en aumento (impagable al final cuando acaban tocando levitando). No es ninguna maravilla pero resulta entretenida y divertida y una buena aportación al universo de las rock movies. Lo más flojo es ese personaje del vampiro original a quien deben matar para recobrar su estado "normal", terrenos algo convencionales pisamos ahí.
Valoración: 6/10



Heavy Rain (o por fin he encontrado utilidad para la PS3)

 

Tengo que confesar que a mi la PS3 me cayó del cielo, fue un regalo inesperado de algo en lo que yo nunca hubiera gastado un duro. Así que el cacharro ha pasado un año acumulando polvo salvo para ver ocasionalmente el youtube o torturar a las visitas con las fotos de las vacaciones (a los vídeos no llego, no soy tan cruel). ¿Juegos?, había probado algunos (¡gracias sobrinos!) pero pocos me habían llamado la atención. Sí, muy bonitos a nivel técnico pero ninguno me enganchó, ¿Bioshock? Venga ya hombre, mapas de dos pasillos y tres puertas, eso es para nenazas. ¿Resistance? Con las horas de Quake, Doom, Duke Nukem y similares que lleva uno, quien necesita un enésimo clon, debo estar viejo porque no aguanto diez minutos de esos juegos sin agobiarme. ¿Assasin’s Creed? Bueno aquí he de decir que la cosa mejora, pero la bizarra mezcla de renacimiento y virtualidad acabó con mi interés….

Ya comenté aquí que lo mío eran las aventuras gráficas, desde los tiempos de los libros aquellos de “Escoge tu propia aventura” las posibilidades de una ficción interactiva me han apasionado, por ello fui un yonki de los juegos de aventuras conversacionales, y la edad de oro de la aventura gráfica en los 90 con títulos como Darkseed, The Dig, Shadow of the comet, etc. por no mencionar los grandes clásicos de Sierra o Lucasarts supuso mis mejores momentos frente a un videojuego. Este género cayó en el agotamiento en parte ante su incapacidad de renovarse, y es que cuando uno tiene 15 años tiene todo el tiempo del mundo para probar las combinaciones posibles de objetos y puertas, pero a estas alturas a mi que no me busquen para dedicar horas para buscar si la puerta se abre con una llave o con un pepino.


Así que cuando empecé a oir hablar de Heavy Rain como algo revolucionario en esto de la ficción interactiva, la verdad es que sentí curiosidad, pero uno ya está curado de espantos como para invertir 60 euros así como así. Claro que si te encuentras el juego en cuestión en casa de tus sobrinos (¡gracias de nuevo!), y éste ya ha pasado a “modo estantería” la cosa cambia y uno no se resiste. Después de un par de semanas de uso intensivo la conclusión es clara: Heavy Rain es uno de los mejores videojuegos a los que he jugado, al nivel de la saga Gabriel Knight (que para mi es mucho decir) y que los 60 euros es valor más que razonable para la experiencia entregada. Pero vayamos por partes….

El juego se podría calificar de “película interactiva” (me niego a llamarlo aventura gráfica) en el que tomamos el control de cuatro personajes diferentes durante las investigaciones que deben llevar a encontrar a un asesino en serie bastante cabroncete y macabro que parece una mezcla entre Hannibal Lecter y el payasete de Saw. El juego está estructurado en secuencias con mucho componente cinematográfico en las cuales en determinados momentos solo miramos la acción y en otros tomamos el control de los personajes. Lo mejor es que las secuencias no interactivas son siempre breves y concretas, nunca te agobias esperando, cosa que me ha hecho cabrearme y abandonar otros juegos. Lo del componente cinematográfico viene porque está realmente cuidado el montaje (en cuanto a que podemos hablar tranquilamente de planos, encuadres y demás), los decorados, ambientación, la banda sonora, actuación (voces) y en general todos los detalles entre los que ya no menciono los técnicos, que son estupendos, como se le supone a algo que cuesta 60 eurazos, ¡que menos!.


Uno se enfrenta a Heavy Rain sin saber muy bien que va a encontrarse y se encuentra con la sorpresa de que entre investigaciones y tortas toca hacer no pocas tareas domésticas como hacer tortillas, cuidar bebés, ducharse, poner la mesa, echar un polvete…. cosa que acaba resultando muy entretenida gracias al ingenioso sistema de control basado en cosas tan simples como pulsar una tecla en el momento adecuado, una combinación de teclas en el ritmo preciso o saber regular la velocidad o posición del controlador (cosa que incluye moverlo como un poseso arriba y abajo o dar mamporros con él –literalmente- lo que causa por cierto bastante vicisitud cuanto tu mujer te pilla in fraganti). Al principio la acción se basa más en estas cosillas y en diálogos pero conforme avanza el argumento las tortas, persecuciones, luchas y demás van ganando peso. He de decir que la forma en que están resueltas estas secuencias es brillante, puede que para algunos sea simplemente pulsar una tecla en el momento preciso, pero si estás inmerso en la acción, el chute de adrenalina es considerable, cosa que hacía lustros que no experimentaba con un videojuego. Y durante el juego tenemos más posibilidades de interactuar como seleccionar la posición del personaje en un diálogo, tomar decisiones concretas, o investigar con un curioso cacharro virtual tipo “Minority report” para entendernos.

La secuencias de acción por decirlo de alguna manera son como el videojuego aquel de “Dragon’s Lair”: En los 80 cuando las máquinas arcade tenían estupendos gráficos de cuadraditos de píxels del tamaño de un garbanzo, esa máquina fue un fenómeno, se trataba de acción reproducida en Laser Disc con calidad de dibujo animado currado que ofrecía interactividad gracias a hacer saltar el vídeo a un momento u otro dependiendo de las pulsaciones de los controles. Y la espectacularidad de la coreografía de los combates y el método de control me recordaron inmediatamente a esa magna saga de juegos. Dependiendo de lo cazurro que uno sea con en mando y de si se acuerda de que el triangulito es el botón de arriba y la cruz el de abajo cuanto tenga décimas de segundo para pensarlo, creo que es importante ajustar el nivel de dificultad a algo que nos suponga el reto. Yo que estoy algo oxidado en esto lo puse a nivel intermedio y no pocas secuencias de acción me supusieron un reto que provocó el citado efecto adenalítico. Si eres un “hard gamer” póntelo a tope sin dudarlo.

 
Pero el tema principal es el nivel de interactividad y hasta que punto uno tiene la libertad de hacer fluir la historia por diferentes caminos. La respuesta es que pese a tener (creo) seis finales posibles, la rama principal de la historia es bastante inamovible y no vas a llevar la historia por cualquier camino sino que puedes morir antes o después o superar o no algunas pruebas, lo que unido a algunas decisiones que tomes hará que pasen unas cosas u otras y marcará el orden en que pasan. Esto quizá suene decepcionante para algunos pero la experiencia realmente merece la pena, y no solo merece la pena una vez, sino que explorar los recovecos de la trama merece mucho la pena. No explico más para no reventar nada a nadie, eso abajo en los spoilers.

Decir que el argumento está cuidado y el guión es una de las virtudes del producto, lo que hace que no pierdas el interés y tengas la motivación de seguir vivo para seguir averiguando que pasa. No deja de visitar lugares comunes del cine de psicópatas, pero en general es digno de mención como así deben haber visto los productores que tienen los derechos para una versión cinematográfica que en las manos adecuadas podría dar para una película muy maja, estaremos expectantes.

Pues eso, que ya no pensaba que algún video juego me pudiera hacer recuperar el interés en el medio: ¡Mierda!, ¿1001 cosas más que no haré?



Y ahora…… ¡Los Spoilers! (bueno tampoco tanto)……. Pero si quieres jugar sin saber nada no te leas lo que sigue……
……….


Creo que vale la pena en una primera partida dejarse llevar y hacer fluir la historia tomando las decisiones que uno crea, y nunca parar o repetir una secuencia si algún personaje muere o creemos tomar una decisión equivocada. Será tu historia y el final al que llegues será “tu” final y vale la pena no prostituirlo haciendo guarreridas como repetir una secuencia si mueres o volver a empezar, ¡asume tus decisiones que ya eres mayorcito!. Yo no cambio mi primer final y eso que me perdí medio juego, pero en eso el juego es consecuente, si todos tus personajes palman, el juego se acaba.

Si mueres, el placer de repetir una secuencia de acción (siempre a partir de la segunda vez que juegues, recuerda) es grande. Las posibilidades son muchas y te sorprendes de ver que dependiendo de cómo encajes o atices un golpe, toda la “coreografía” es diferente. La verdad es que el trabajo que lleva detrás el artefacto es digna de admiración.

Para la segunda partida, ya puedes hacer un poco de trampa (si quieres) e intentar llegar al final con todos tus personajes vivos, que es el camino más largo posible y el que más pantallas y tiempo de juego ofrece. El inconveniente dependiendo de donde retomes la partida es que hay determinadas secuencias que habrá que volver a jugar, es un mal menor atendiendo a que alguna se las secuencias que puedes perderte es realmente espectacular. Personalmente no he sentido la necesidad de una tercera intentona, dado que en la segunda guarreé todo lo que me dio la gana. Me quedaron algunas duda sobre si algunas acciones ofrecían secuencias que me perdí pero uno ya tiene otras prioridades, coñe.

EDITO: 
Claro que si me he perdido secuencias te despelote como esta, ¡igual tengo que volver a jugar!

Teaser Post (Dragon's Lair + The Silence of the lambs)

Como sois unos empollones frikis sabelotodo seguro que lo adivináis, pero mañana hablaremos largo y tendido sobre un tema. Pista:, ¿que tiene que ver el vídeojuego "Dragon's Lair" con "The Silence of the Lambs"?. Del cruce de ambas cosas sale el tema de mañana.

 





Calabuch

Luis García Berlanga, 1956
Casualmente había adquirido "Calabuch" y "Plácido" en esas ediciones que te regalan con un periódico que normalmente tiras al salir del quiosco, así que tenía previsto revisarlas de todas maneras. La casualidad ha hecho que la publicación de esas películas haya coincidido con el fallecimiento del maestro de Valencia, así que valgan estas líneas como homenaje a una de las figuras más imprescindibles de la cultura española del siglo XX. La cuestión es que apenas recordaba nada de esta película que no había revisado en muchos años, y la verdad es que fue como un reencuentro con un buen amigo, pueden haber pasado años, pero al rato de hablar con él te sientes como si no hubiera pasado el tiempo.

En "Calabuch" Berlanga apuesta por el costumbrismo pero se despoja un tanto del esperpento y el patetismo que desprenden algunos de sus mejores personajes en películas como "Bienvenido Mr. Marshall" o "Plácido". En "Calabuch", el objetivo es mostrar un mundo donde el tiempo se ha parado, donde sus personajes tienen problemas, sí, pero donde la felicidad se encuentra en la casa de la esquina o en el bar de la calle de enfrente. Por ello no sorprende que la carcel sea el mejor de los hoteles o que el patético torero tenga que salir por patas acosado por los espontáneos. Acertadamente la excusa narrativa es la llegada al pueblo de un sabio nuclear (brillante creación de Edmund Gwenn, por mucho que solo oigamos su voz doblada a un perfecto castellano, aunque peor es oír a Manuel Alexandre -valga también esta reseña un homenaje para él- doblado con una voz que no es la suya).


Pero esos disparates de doblaje no pueden empañar esta obra de arte, donde Peñíscola (convertida en la fictícea villa de Calabuch) se erige en protagonista de este alegato a las formas sencillas de vivir y a una manera de entender la vida que de tanto en tanto necesito recordar que está ahí, y que en un lugar y un tiempo hemos tenido entre manos. Esta película debería ser de proyección obligatoria en las escuelas e institutos de cualquier ciudad de España o.... del imperio austrohúngaro. Ah por cierto, por ahí andan también Pepe Isbert, Juan Calvo, etc.
Valoración: 8/10

Delirios Escénicos Extremos (VI) : Michael Angelo Batio

 
Contraataca esta sección, antes llamada "Cutrez Escénica Extrema" y que en este caso que os traigo bien podría recuperar ese calificativo. Resulta que hablaba yo de la guitarra de cuatro mástiles que se muestra en coña en el vídeo de Genesis "Land of Confusion" protagonizada por los Spitting Image, y me hace notar un compañero de otro foro que en realidad hay un guitarrista que utiliza dicho cacharro. Patidifuso me he quedado al ver el vídeo, además del correspondiente descojone claro. La realidad supera a la ficción, porque aunque parece sacado de una película de los Zucker o de "This is spinal tap", parece que la cosa iba en serio (pasar de la primera parte del vídeo e ir a 0:58):



Aquí la versión en coña de Genesis (la coña venía porque Mike Rutheford utilizaba en realidad un cacharo de TRES mástiles, como por otra parte han hecho gente como Steve Vai o Chris Squire) :



Land of Confusion (de Genesis y los Spitting Image a Disturbed y Todd McFarlane)

 
Buenas, os presento uno de mis vídeos favoritos. En 1987 Genesis se comen el mundo a nivel comercial aunque musicalmente son una caricatura de lo que fueron en sus inicios. Pese a todo yo empezaba por aquel entonces a descubrir el mundo musical y este tema (ayudado por este vídeo) me volvía loco. El vídeo es una gran coña sobre la por aquel entonces candente guerra fría y uno de sus protagonistas principales, Ronald Reagan presidente USA entonces (lo comento porque no se si para los más jóvenes será obvio). Los muñecos del vídeo son los célebres Spitting Image, protagonistas de una de las mejores series de parodia venidas de las islas británicas. Tiene dos momentos antológicos, la aparición de una guitarra/bajo de ¡cuatro! mástiles parodiando los excesos del rock sinfónico (a los 0:25 segundos), y cuando el personaje de Michael Jackson (o eso creo) empieza a ponerse Ketchup en la lengua para zamparse un hot dog..... ¡de lengua!


Pero hace unos años el grupo Disturbed realizó una versión del tema en clave metal que la verdad es que no está mal. Pero lo que me ha llamado la atención es el vídeo, con un estilo gráfico muy atractivo obra del dibujante Todd McFarlane y una historia que parece una continuación de la del vídeo de Génesis.


[MODO ABUELO CEBOLLETA ON]
En pleno furor de Genesis en aquella época durante una enfermedad (creo que estaba en cama con una gripe) le pedí a mi madre si me podía comprar el álbum de Genesis (Invisible Touch) o en su defecto el single de Land of Confusion (que era lo que me traía de cabeza). La pobre en toda su buena voluntad me trajo el single de "In too deep", una balada bastante repelente que me produzco una frustración que aún me dura. En fín una de las decepciones de cuando era chaval, sólo comparable a cuando pedí por reyes el 928 de Rico y me trajeron una castaña de coche radiocontrol que solo iba para adelante y para detrás cuando el 928 por mucho cable que tuviera el mando tenía luces, dirección, cláxon, apertura de maletero.... ¡algún día voy a pagar los 300 euros que vale en eBay!. ¿No deséais a muerte algo que no pudistéis conseguir de pequeños?


[MODO ABUELO CEBOLLETA OFF]

1001 cosas que no vas a hacer antes de morir (ni falta que te hace)



Hace tiempo que me ronda por la cabeza la idea de escribir algo sobre lo inabarcable de las manifestaciones culturales o artísticas. Una amigo mencionó hace un tiempo algo así como que "nadie merece morir sin haber escuchado las obras de Mahler" (ciertamente, pero ¿porque Mahler y no otro de los tropecientos compositores que merecen la pena?) y hace poco di con este texto que me hizo reflexionar sobre el mismo tema:  El crítico de cine Tomás Fernández Valentí escribía en una entrada de su blog (después de enunciar una larga lista de directores poco conocidos):

Honestamente, si alguien conoce toda la filmografía de todos esos cineastas que acabo de citar, y además toda la de todos los que no he citado, teniendo además un profundo conocimiento del cine mudo norteamericano, europeo y asiático, de la producción del “Hollywood clásico”, del cine europeo y asiático de los años treinta, cuarenta, cincuenta y sesenta (incluyendo el realismo poético francés, el neorrealismo italiano, la Nouvelle Vague, el New American Cinema y el underground, el Free Cinema británico y los Nuevos Cines del este y latinoamericanos de esa época), una perspectiva completa de la producción cinematográfica mundial desde los años setenta y hasta la actualidad, de todo el cine de género (terror, comedia, drama, acción, etc.), del documental, del cine de animación, etc., etc., y por supuesto, una visión exhaustiva de la producción española del silente hasta el día de hoy, siendo capaz de trazar todo el arco que va de Segundo de Chomón hasta Jaime Rosales; si, como digo, esa persona existe, y además tiene tiempo para llevar una vida rica y plena, se ha ganado mi más completa y rendida admiración.

Palabras con las que no puedo estar mas de acuerdo. Solo hablando de cine, el asunto es literalmente, inabarcable. Imaginemos pues que alguien (como es mi caso) no solo es una apasionado del cine sino de la música rock en su más amplia expresión. Hablemos solo de lanzamientos de grupos actuales, ¿alguien se atreve a contar el número de nuevos álbumes que se lanzan anualmente en todo el mundo en la era de las discográficas independientes y la autoedición?. Imaginemos que eres amplio de miras y sin hacerle ascos a nada te van por igual el blues, el hard rock, el pop, el progresivo, el alternativo, el post-rock, el doom-metal, ...... ¿cuantos discos tienes que escuchar al mes para estar al día?, ¿cientos?. Imagina que además quieres tener un buen conocimiento de la historia del rock y profundizar en la era del rock'n'roll, el british invasion, la psicodelia, las grandes bandas de los 70, el punk, la new-wave, el gothic rock, la electrónica, el grunge, el brit-pop, etc. ¿cual es el mínimo número de discos que necesitas para tener un mínimo conocimiento?.......


Y ya por último imagina que además te van la literatura, el teatro, los videojuegos, la música clásica, la pintura, la escultura, el cómic, la ópera, las series de TV, etc, etc. Infinito multiplicado por infinito igual a infinito o lo que es lo mismo: en toda la historia de la humanidad no ha habido un solo hombre al que no se le pudiera llamar inculto. Por ello he tomado ese título para el post, esa horrible serie de libros que en 1001 propuestas se atreven a proponer todo lo que debes hacer antes de pasar a mejor vida incluyendo cine, libros, música, cocina, viajes, y un largo etcétera. No se vosotros pero yo lo tengo muy claro, me voy a morir muy tranquilo sin haber hecho todo eso.
 
¿Cual es realmente el mínimo?, ¿donde fijamos el límite de cada arte antes de considerar a alguien inculto?, ¿debemos tener en cuenta todas las artes?... ¿un experto en cine que no ha leído a García Márquez es un inculto?, ¿un experto en música clásica que no ha visto "Centauros del desierto" o "2001" es un inculto?. ¿un experto en papiroflexia austrohúngara que no sabe de macramé hindú es un inculto? Seguiremos reflexionando sobre este interesante tema en futuros posts. De entrada se que estas preguntas no tienen respuesta, pero... ¿y lo que nos vamos a entretener?

Las vidas posibles de Mr. Nobody (Mr. Nobody)

Jaco Van Dormael, 2009
"Mr. Nobody" forma parte de esa clase de películas como "Olvídate de mi", "Donnie Darko", "Synecdoche, New York", "Big Fish" o ya mirando al pasado, "Solaris" o "Matadero cinco". Películas que tratan deliberadamente de borrar las barreras entre realidad y fantasía, recuerdo y ensoñación, insinuando temas que van desde la corduda mental a los universos paralelos o los viajes en el tiempo. Y yo a esta clase de películas que otorgan al espectador argumentos deliberadamente ambíguos las clasifico en dos grandes grupos: las que te impulsan a darle vueltas a lo que acabas de ver (llegando a volver a verla o a buscar interpretaciones, etc.) o por otro lado las que te acaba por resultar indiferente si lo que has visto era realidad o fantasía o si la trama se resolvía de tal o cual manera. Y mucho me temo de "Mr. Nobody" pertenece a este segundo grupo.

"Mr. Nobody" es una ambiciosa producción europea sobre las posibles vidas que puedes vivir en función de las decisiones que vayas tomando a lo largo de tu vida. Por algún motivo el protagonista puede recordar todas sus posibles vidas y especular sobre que hubiera pasado si hubiera tomado tal o cual decisión, en flashbacks que vamos viendo a partir de escenas ambientadas en un futuro lejano cuya gracia está en que no sabemos si pertenece a una línea temporal que vaya a suceder en realidad o es solo uno de los posibles universos que se puede desmoronar si alguna acción del pasado no sucede.

¿Y como es que una película con una premisa tan interesante me acabó por dejar indiferente?: Pues porque me aburrí bastante en sus eternos 140 minutos centrados básicamemte en explorar las posibles vidas del personaje dependiendo de la pareja con la que acabe, si se queda a vivir con su padre o con su madre u otras decisiones de menor calado. Y eso que contiene escenas rodadas con arte y pasión gracias al buen hacer de los actores pero de factura visual exageradamente preciosista y despersonalizada. Solo las aristas de la trama (donde directamente se insinuan los universos paralelos interconectados o los viajes en el tiempo) y algunos aportes realmente originales como esos documentales divulgativos insertados o lo bizarro de algunas escenas futuristas mantuvieron mi atención sobre una película con un final demasiado explícito para mi gusto.

De todas maneras si os ha gustado alguna de las películas que os pongo en el primer párrafo, seguro que encontraréis puntos de interés, aunque como comento, a mi me pareció algo sosainas.
Valoración: 6/10 . 

30 años del “Breakfast in America” de Supertramp

Bueno de hecho algunos meses más, pero es a raíz de la reciente publicación de la nueva edición “30 aniversario” remasterizada del álbum que lo he recuperado (via spotify). Y aunque a mi las reediciones no me suelen preocupar hay que reconocer que en este caso el acompañamiento de la edición vale mucho la pena, con los famosos temas en directo que quedaron fuera del enorme directo “París” (1980) por problemas de espacio (la de directos que quedaron mutilados por las limitaciones de espacio de los vinilos).

Supertramp pertenece a esa ola de grupos que entre mediados de los setenta y mediados de los ochenta conjugaron una comercialidad bien entendida con unas formas elaboradas en una síntesis que algunos vinieron a llamar Art-rock. Y mientras que ahora parece que solo está bien visto reivindicar de los setenta el hard rock, la música de raíces o el rock más orgánico, aquí decimos bien alto que los discos de Supertramp, Electric Light Orchestra, Alan Parsons Project, etc. los tenemos en igual nivel de consideración que los de Rainbow o Queen (solo por citar un par de contemporáneos).

¿Qué decir de un álbum que contiene “The logical song”?, pura magia compositiva musical y temática (sobre las frustraciones de la edad adulta) y que encadena temas imprescindibles uno tras otro hasta culminar con la monumental jam de “Child of Vision”. Los pianos disonantes de Rick Davies, los vientos jazzies de John Helliwell y la personal voz y artes compositivas de Roger Hodgson consiguen la cima de una carrera que desde “Crime of the Century” (1974) nos dejó cuatro álbumes absolutamente imprescindibles.