Luis García Berlanga, 1956
Casualmente había adquirido "Calabuch" y "Plácido" en esas ediciones que te regalan con un periódico que normalmente tiras al salir del quiosco, así que tenía previsto revisarlas de todas maneras. La casualidad ha hecho que la publicación de esas películas haya coincidido con el fallecimiento del maestro de Valencia, así que valgan estas líneas como homenaje a una de las figuras más imprescindibles de la cultura española del siglo XX. La cuestión es que apenas recordaba nada de esta película que no había revisado en muchos años, y la verdad es que fue como un reencuentro con un buen amigo, pueden haber pasado años, pero al rato de hablar con él te sientes como si no hubiera pasado el tiempo.
En "Calabuch" Berlanga apuesta por el costumbrismo pero se despoja un tanto del esperpento y el patetismo que desprenden algunos de sus mejores personajes en películas como "Bienvenido Mr. Marshall" o "Plácido". En "Calabuch", el objetivo es mostrar un mundo donde el tiempo se ha parado, donde sus personajes tienen problemas, sí, pero donde la felicidad se encuentra en la casa de la esquina o en el bar de la calle de enfrente. Por ello no sorprende que la carcel sea el mejor de los hoteles o que el patético torero tenga que salir por patas acosado por los espontáneos. Acertadamente la excusa narrativa es la llegada al pueblo de un sabio nuclear (brillante creación de Edmund Gwenn, por mucho que solo oigamos su voz doblada a un perfecto castellano, aunque peor es oír a Manuel Alexandre -valga también esta reseña un homenaje para él- doblado con una voz que no es la suya).
Pero esos disparates de doblaje no pueden empañar esta obra de arte, donde Peñíscola (convertida en la fictícea villa de Calabuch) se erige en protagonista de este alegato a las formas sencillas de vivir y a una manera de entender la vida que de tanto en tanto necesito recordar que está ahí, y que en un lugar y un tiempo hemos tenido entre manos. Esta película debería ser de proyección obligatoria en las escuelas e institutos de cualquier ciudad de España o.... del imperio austrohúngaro. Ah por cierto, por ahí andan también Pepe Isbert, Juan Calvo, etc.
Valoración: 8/10
11 comentarios:
Veo que te has sumado al homenaje generalizado al maestro.
Pues no es de las más conocidas, pero sí es una auténtica delicia.
Saludos, Quat :D
Pues yo recuerdo haberla visto, pero poco más, he ido recordando cosas según te leía, pero está muy difusa en mi mente, no así la otra que citas, Plácido que la ví nuevmante no hace mucho.
Un saludo
La tengo pendiente, pero sí que vi los primeros minutos (por curiosidad porque en ese momento no podía verla) y me chocó oír hablar castellano al sabio nuclear ya que no sé cómo podía conocer tan bien el idioma (quizás lo hubiera estudiado). Y también pude observar la terrible voz de Manuel Alexandre, como bien dice usted.
Yo homenajearé al maestro el lunes con El verdugo, que aunque se haya comentado ya mucho sobre ella, la he vuelto a ver y me parece algo tan perfecto que me ha sido imposible no comentar nada sobre ella.
Un saludo!
Mis favotitas son "El Verdugo" y "Los jueves Milagros".estan son igualmente obras de arte ,pero las he visto demasiadas veces!
D.E.P Mr Berlanga.
Recuerdo haberla visto hace muchísimos años y sé que era maravillosa.
Gracias por recordarla. Voy a ver si la consigo por alguna biblioteca de la zona.
Una de las pocas que me faltan por ver de Berlanga. A ver si le pongo solución a la cosa.
Bueno, pensaba que era más conocida esta película. Seguramente de la época son mucho más conocidas El Verdugo, Placido y Mr.Marshall, pero ni Los Jueves Milagro ni Calabuch les tienen nada que envidiar.
Un saludote y gracias muchas por comentar
Conocerla sí, Quatermass...pero es que no la he visto todavía.. Es una de esas que uno lleva años diciendo "a ver cuándo la veo"
Una película entrañable para mí, de las que se quedan para siempre en tu cocorota cuando la ves de crío. Yo la volví a ver hace un par de años y ha envejecido fenomenalmente bien.
Claro, no me extraña que acabe todos los veranos pasando una semana en Peñiscola.
Calabuch la tendré que recuperar, la ví hace mucho tiempo pero la recuerdo con mucho cariño. Placido la vi el otro dia, que maravilla!!!
Calabuch?? Todo Berlanga debería ser de visionado obligatorio en las Escuelas!
Realmente entrañable esta fábula pacifista. Sorpendentemente amable para ser de Berlanga, se nota que no andaba Azcona por ahí detrás...
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