Adam McKay, 2008Salvo que tu forma de humor favorita sea ver literalmente como uno de estos hermanos (Will Ferrell, buen cómico por otra parte) restriega sus testículos sobre la batería del otro hermano, dudo que disfrutes con la enésima producción de un Judd Apatow que cae en picado en calidad mientras sube como la espuma en taquilla. Entretenida sólo a ratos y con pocos gags destacables (entre los que no está el anteriormente citado), se sustenta sobre una premisa argumental endeble y no demasiado interesante, exceptuando el retrato de algunos de los aspectos más freak de los que pertenecemos a la generación de los nacidos alrededor de 1970.
Valoración: 4/10
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