Marc Forster, 2008
Sin ningún tipo de prólogo la historia continúa justo donde se quedó en Casino Royale. Bond busca venganza y saber quien está detrás detoda la movida, y aquí se va descubriendo una trama que la verdad acaba no teniendo nada que ver con la otra película, aunque muchos personajes sean comunes. Si cabe más acción que en la predecesora y montada de un modo endiabladamente rápido, quizá demasiado. Pocas sutilezas con el personaje que anda toda la película cabreado, y una crítica es que hay momentos en que estaría bien escuchar sus motivaciones, porque el tío va todo el rato "a piñón". Pero otra vez dan en el clavo con una magnífica película de acción. De si esta es o no la filosofía clásica del personaje hablamos otro día.
Valoración: 7/10
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