"¡Viva el vino!" (Mariano Rajoy, 2007)

Dolls

Takeshi Kitano, 2002
Algo decepcionado por el resultado y la acogida de "Brother", Kitano se plantea realizar un film que suponga una ruptura con lo que había estado haciendo hasta entonces (básicamente violentas historias de yakuzas o bien cuentos surrealistas como "El verano de Kikujiro"). Se trata de la primera cinta donde se queda detrás de la cámara, y entre otros cambios que suponen una ruptura con su carrera, su personal tratamiento causa-efecto de la violencia está en su mayor ausente de unas historias que pese a contener violencia (Kitano bromeaba que buscando lo contrario le salieron las historias más violentas de su carrera), el impacto de mostrarla no es un objetivo en sí, sino un vehículo para narrar el sufrimiento de sus personajes.

El en mejor estilo de las películas de Guillermo Arriaga ("Amores perros", "21 gramos", etc.), Dolls son tres historias prácticamente independientes, que se ven unidas por mínimos lazos: Generalmente un personaje que interviene accidentalmente en una historia pasa a ser protagonista de otra. Las tres historias son bastante simples: Matsumoto (Hidetoshi Nishijima) abandona a su novia de toda la vida Sawako (Miho Kannopara) para casarse con la hija del presidente de la compañía en la que trabaja con el resultado de Sawako intenta suicidarse quedando en un estado mental completamente ausente. Por otro lado Nukui (Tsutomu Takeshige) es un fan obsesivo de la cantante pop Haruna (Kyoko Fukada), quien queda desfigurada en un accidente de trafico, pero Nukui es capaz de auto-mutilarse solo para poder acceder a ella. Y por último Hiro, un yakuza maduro (Tatsuya Mihashi), no puede dejar de estar pendiente de una mujer a la que abandonó en su juventud al estar demasiado ocupado por sus negocios.

-Matsumoto y Sawako en su eterno deambular-

De los muchos simbolismos que pueblan una cinta en que muchas veces cuesta diferenciar si la narración es literal o figurada, el hecho de que la película se abra y se cierre con una sesión de títeres tradicionales nipones deja claras las reglas del juego: Los tres protagonistas de "Dolls" son marionetas que han dejado de ser dueños de su destino a causa de sus actos del pasado: Matsumoto queda inevitablemente ligado a una ausente Sawako mientras vagan por la ciudad y las montañas, Nukui debe asumir el estado en que ha quedado a causa de su irresponsable acción, y Hiro se auto-impone visitar cada Sábado de su vida a la mujer que abandonó y sufrir con ella. La historia central es la de Matsumoto /Sawako, y su deambular con vestidos tradicionales unidos físicamente por una gran cuerda roja nos deja momentos visuales bastante poderosos. En general, en el apartado visual tenemos las mejores bazas de "Dolls", sus imágenes están brillantemente planificadas, con gran colorido y son estéticamente preciosas en su recreación de las estaciones del año (preciosos los almendros en flor o los paisajes nevados que contrastan con el colorido del vestuario). Lamentablemente el apartado musical que tanto bien podría haber hecho a esta simbólica cinta, no está a la altura del visual. Joe Hisaishi, el autor habitual de las bandas sonoras de Kitano, no me parece que acertara con el tono de su banda sonora, demasiado etéreo y con muy poca concreción melódica, algo que hubiera ayudado a las poderosas imágenes.

-Hiro sufriendo de forma anónima junto a su antigua amante-

Dolls
es para muchos la obra maestra de Kitano pero yo pese a considerar que es una buena película, me reservo una opinión más matizada: Kitano pretende demostrar que es posible transmitir emociones con un simple esbozo de personajes (realmente las tramas son de extrema sencillez), apenas los conocemos y ya se supone que tenemos que sufrir con ellos. Mi problema es que se pone tanto esfuerzo en recrearse estéticamente en esas bellísimas imágenes, que apenas queda tiempo de desarrollar la trama. Los personajes sufren, y todo se ve envuelto en un halo de tristeza, pero resulta difícil empatizar con los personajes pese a las buenas interpretaciones. De todas maneras son historias con fuerza, lo que combinado con el deleite visual no me parece motivo para arrepentirse de su visionado, por mucho que se la pueda considerar parcialmente fallida en sus objetivos.
Valoración: 6/10


Sigue la serie sobre la filmografía reciente de Takeshi Kitano. "Zatoichi" (2003), una de sus cintas más populares es la próxima parada antes de su reciente (y pasadísima de vueltas) trilogía donde nuestro amigo reflexiona sobre su condición de cineasta. Tranquilos que ya llegamos, los viajes en el Xperiment son lentos pero seguros.

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5 comentarios:

elprimerhombre dijo...

La verdad es que esta película me aburrió una cosa mala y no me interesó nada. Como bien pones en el pie de la primera foto, la pareja protagonista siempre "en su eterno deambular". Un saludo!

Lucifer, Becario del Mal dijo...

A mi esta peli me cortocircuitó los sistemas de análisis, ya que toda ella es exacerbada, el color, la temática, los cambios de plano y de historia, el frikazo, etc, hasta la música es un desafío. Un señor 8/10 y creo que en su momento le dí algo mas por el shock de los tres finales.
saludos!

Quimérico Inquilino dijo...

Hermosísima película. Para el deliete de los sentidos ¿las historias? Es lo de menos. La de la cantante es quizá la que menos me convence.
Junto con Brother casi que es lo que más me ha gustado de Kitano.

Crowley dijo...

Yo, amigo Quatermass, le daría sin duda un 8. Me parece soberbia y muy hermosa. Una maravilla.
Saludos

Dr. Quatermass dijo...

primerhombre, a ti no te ha dicho nada pero el resto aun tiene mejor concepto que mi comentario! Desde luego que si no conectas el deambular se te puede hacer eternísimo. Yo conecto a medias ;-)

Lucifer, Quimérico, Crowley, nada estáis en ondas muy similares. A mi no me llega tanto la historia, y por eso esa calificación un tanto neutra pese a reconocer sus evidentes virtudes.

Saludos y gracias por comentar!