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La película es pura forma: El argumento es prácticamente inexistente (nominado a mejor guión... ¿comorrrr?). Y no es que sea imprescindible contar algo complicado para que una peli sea maravillosa, pero en este caso la historia es tan tontuela y la hemos visto tantas veces que es pura excusa para las ambiciones formales del director, hábil en el montaje y la planificación de escenas vistosas, pero que no duda en "enriquecer" con una banda sonora en perpetuo crescendo que pone un poco de los nervios, no sea que las imágenes no impacten suficiente.
Si la gracia de la historia es el McGuffin final donde en el último segundo averiguamos el trauma que tiene este hombre para negarse a pasarse al cine sonoro, me parece igualmente una tomadura de pelo, porque ello (no quiero reventar la sorpresa) no me justifica las motivaciones del protagonista para hacer todas esas cosas tan extremas. Claro que siempre se puede decir que se pretende homenajear al cine de la época donde los guiones tenían personajes que ante tibias razones tomaban decisiones aparatosas. Si ello es el "quid" de la cuestión pues tampoco le veo la gracia al invento: ¿Debo medir esta cinta de 2011 con el rasero de 1929 solo porque venga muda y en B/N? Al parecer la masa así lo cree, a veces me siento un bicho raro pero es mi deber advertiros...
No negaré que dejando la historia de lado, los actores están estupendos y la protagonista femenina me robó el corasón, además de contar con el gran John Goodman, hombre que hace buena cualquier película donde aparece, por no mencionar el impecable diseño de producción aparte de las mencionadas planificación escénica y montaje, brillantes sin duda. Más reservas me causa la innecesariamente aparatosa banda sonora.
¿La recomiendo? Fans de la forma acudan sin dudarlo, si quieren que se les cuente una historia no busquen eso en esta película....
Valoración: 6/10