Hacía muchos años que no me acercaba de nuevo a aquellas lecturas, de hecho durante mucho tiempo las consideré un producto perecedero, con poco valor cualitativo, que sólo aprecié en su momento debido a mi poco criterio infantil. Pero el tiempo suele darte la razón y si me entusiasmé por los Mortadelos y no por los Pumbys, por algo debía de ser, así que nada mejor que aprovechar la fiebre homenajeadora hacia los dibujantes que hicieron posible aquella época para repescar algunos ejemplares de "Pulgarcito", "Mortadelo" o "Bruguelandia", y darse cuenta, de que uno estaba más lúcido de lo que pensaba en su tierna infancia.
Todo ello contrasta con el penoso escenario de la oferta actual de publicaciones infantiles-juveniles en los quioscos (el tebeo está completamente fuera, la revista de cómic de publicación periódica ha dejado de existir, solo se contempla el cómic en el caro formato álbum, solo sobrevive "El Jueves" que ya no es lo que era). Los quioscos se pueblan de publicaciones infantiles perecederas apoyadas por los personajes de moda de las series de TV, pero mientras los cómics de Bruguera pasaban de mano en mano por toda la familia que los disfrutaba por igual (uno de mis mejores recuerdos de infancia es cuando nos tumbábamos con mi madre junto a la pila de tebeos compartiendo las historietas), esas revistas tienen cero interés para el adulto medio actual, solo un poco por debajo del interés que despiertan en los propios niños si no fuera por los regalos de muñecos y similares.
Todo ello contrasta con el penoso escenario de la oferta actual de publicaciones infantiles-juveniles en los quioscos (el tebeo está completamente fuera, la revista de cómic de publicación periódica ha dejado de existir, solo se contempla el cómic en el caro formato álbum, solo sobrevive "El Jueves" que ya no es lo que era). Los quioscos se pueblan de publicaciones infantiles perecederas apoyadas por los personajes de moda de las series de TV, pero mientras los cómics de Bruguera pasaban de mano en mano por toda la familia que los disfrutaba por igual (uno de mis mejores recuerdos de infancia es cuando nos tumbábamos con mi madre junto a la pila de tebeos compartiendo las historietas), esas revistas tienen cero interés para el adulto medio actual, solo un poco por debajo del interés que despiertan en los propios niños si no fuera por los regalos de muñecos y similares.
Los cómics de Bruguera nunca se han dejado de reeditar en un formato u otro, pero el siglo de vida de la editorial ha traído una serie de homenajes, a saber:
- "El Gran Vázquez" (película de Óscar Aíbar)
- "100 años de bruguera" (libro de ediciones B)
- "El invierno del dibujante" (tebeo de Paco Roca)
Por supuesto que me he hecho con tan suculentas obras que comentaré en futuros posts, de momento valgan estas líneas para reivindicar esa manera de entender las publicaciones juveniles, lejos del idiotismo actual, y que marcaron toda una época.
Por supuesto que me he hecho con tan suculentas obras que comentaré en futuros posts, de momento valgan estas líneas para reivindicar esa manera de entender las publicaciones juveniles, lejos del idiotismo actual, y que marcaron toda una época.
22 comentarios:
Pues sí, Quat, tienes toda la razón. En mi caso, mi padre no es que me los comprara a mí especialmente... Primero se los compraba él y se los llevaba al mar. Luego, cuando venía de faenar (de mes en mes), traía los ejemplares y los dejaba en casa. Y allí eran devorados por mí.
Realmente fantásticos, qué gratos recuerdos...
Así aprendíamos a leer en los albores de los tiempos...
Mi detalle favorito eran las contraseñas de las puertas secretas de la T.I.A...: los calvos con melena son muy feos y dan pena...jeje
Gracias por recordarnoslos.
Un abrazo,
Forment
De acuerdo en todo, doctor. La oferta actual es mala y cara pero yo también creo que los chavales de hoy en día leen menos que antes. Es una pena.
Mortadelo y Filemón son geniales pero mis favoritos eran Zipi y Zape, Pepe Gotera y Otilio y sobre todo, Rompetechos, aunque ahora mismo no caigo si son de Bruguera. Creo que sí.
Un saludo.
Dr. Quatermass, yo también pienso como se ha comentado varias veces, q los tebeos de Bruguera nos marcaron a la gente de esa época. Esos tebeos q nunca faltaban en muchas de las casas. Yo también destacaría los tebeos de la editorial Valenciana, como Pumby y Jaimito. Con historietas de muy buenos dibujantes.
Saludos :)
Yo normalmente consumía los álbumes completos de Mortadelo, los de la contrapartada amarilla con el indio, etc.
Jojojo lo de los Pumbys es muy cierto... tenía alguno por ahí y era completamente rijoso!
Dios salve al insigne F.Ibañez
¡Qué recuerdos de infancia!
Aún recuerdo cuando de pequeño me llevaban a la barbería (que no peluquería)y tenían el TBO en la mesa. Yo lo leía mientras esperaba mi turno. ¡Genial!
Luego de adolescente me entregué en cuerpo y alma al Totem.
Gran post
Un saludazo
¡Qué recuerdos! En mi caso siempre caían todos los días que nos íbamos a la piscina en verano. El momento obligatorio de hacer la digestión con Mortadelo y Filemón siempre se pasaba mejor:)
Saludos.
Los tebeos de Bruguera que yo coleccionaba eran El Capitán Trueno, El Jabato y El Corsario de Hierro, pero también hubo una época en la que disfruté de lo lindo con Mortadelo, Filemón y toda la escudería de calamidades creadas por Ibáñez y Vázquez, entre las que me gustaría recordar al irrepetible Anacleto, agente secreto.
Un saludo.
Madre mía qué recuerdos!!! jajaja!!! cuando era pequeño me compraba un tebeo de "mortadelo y filemón" todas las semanas!!! también me gustaba mucho "rompetechos".
saludos!!!
Yo leí muchos tebeos de crío. De todo tipo. Me enganché a los de tipos en pijama (su amistoso vecino, mi favorito)...pero había pasado por Don Miki (colección completa heredada de unos primos), Mortadelos (montón de albumes), Spirou, Tintín, Astérix, Príncipe Valiente y todo lo que tuviera forma de tebeo, álbum o similar.
Me da rabia porque clásicos de Ibáñez que teníamos en álbumes de no sé si 80 pesetas (o menos)...Chapeau el esmirriau, La máquina del cambiazo, Valor y al toro, A por el niño...incluso uno que era Safari Callejero... y muchos otros... se acabaron perdiendo.
Las revistas de Mortadelo me gustaban, pero prefería las historias largas o luego ya las series con personajes fijos.
Yo coleccionaba Spirou (esa sí que me enganchó)... no Mortadelo. Años depués leí todos los de Fuera Borda porque se los pilló un amigo. Ahora es cuando no leo tanto tebeo...pero la de tebeos que he leído.
Un saludito.
AH! Yo de los álbumes que hablaba eran los que cita Möbius. Los de la contraportada amarilla con el indio. ¡Cómo me gustaría recuperar todos los que tenía!.
A mi nunca me dio por lo superheroes, supongo que alguno caería por mis manos pero nunca les vi la gracia (y se la sigo sin ver). Si que leí mucho Don Miki, tenían su gracia las aventuras largas que sacaban, y algo de TBO, pero Bruguera era lo máximo, las aventuras largas de Mortadelo eran brutales pero me atraía mucho el exotismo de los "secundários" como el doctor cataplasma, doña Urraca, las hermanas Gilda, Anacleto, por no hablar del 13 rue del percebe o rompetechos, que no solo Mortadelos hacía Ibañez ¡Pepe gotera y otilio!. Alguno mencionáis el Totem, a mi me dió por El Jueves que era muy grande a principios de los 80, y por el CIMOC del que llegué a tener la colección completa, Luego pasé a los álbumes hasta que me di cuenta de que es la afición que menos valor por dinero otorga, 1,200 pelas de la época por algo que te lees en una hora, ni hablar. Y el cómic cayó para mi en el olvido por lustros.
Es cierto lo que decís, que los niños leen menos, el tiempo que antes dedicabas a leer un tebeo, ahora seguramente lo dedican a enchufarse a la Nintendo DS o a ver los canales de dibujos 24h que deberían estar prohibidos (hablo en serio).
Un saludico!
En efecto, antropología setentera digna de estudio. Como 13, rue del percebe, fiel reflejo de la sociedad urbana de la época. Algún día los historiadores la usarán para explicar porqué nos fiamos tanto de los agentes secretos, policías y vendedores de alúbias a granel.
En cuanto a prohibir la TV, quizá no haría falta ya que, aunque no lo parezca, es opcional.
Qué tiempos aquellos. Irrepetibles. Yo también recuerdo los quioscos infestados de tebeos, la mayoría de bruguera, y es una lástima que actualmente todo eso se haya perdido. Ya ni siquiera apenas encuentras comics de superheroes en los quioscos y librerías, tienes que desplazarte a las librerías especializadas para comprarlos, por lo menos en Barcelona. Que no digo que esté mal, de hecho seguramente es mejor, pero la inocencia de aquellos tiempos en que los quioscos vendían tebeos al lado de los periódicos y revistas, los veo con nostálgia.
Recuerdo que tenía bastantes ejemplares del tebeo Mortadelo en sus infinitos formatos, Mortadelo, Super Mortadelo, Mortadelo Especial, etc, etc. Y también otros tebeos entrañables como Din Dan, DDT, Pulgarcito o Tio Vivo, todos de Bruguera. De Pumby recuerdo que ya escaseaban, me parece que su época gloriosa fue anterior, y tampoco estuve metido en ellos.
Yo en cuanto a cómics he pasado por casi todo, recuerdo con nostálgia mis comics de Jabato y Capitan Trueno, mis Joyas Literarias Juveniles que coleccionaba y tenía muchísimas. Luego los comics de la editorial Novaro, que publicaba DC pero también los comics de la Warner y otros personajes como Turok, Tarzan, Korac y muchos que seguro me olvido. Por supuesto los comics Vertice, que publicaba Marvel, la colección Dumbo que publicaba los comics de Disney (luego Don Miki), alguna pequeña etapa en Creepy, 1984, Cimoc y similares y finalmente Tintin del que siempre he sido un fanático, y en menor medida Astérix, Luki Luke y demás personajes del franco-belga.
Volviendo a Bruguera, realmente las historietas eran un tanto chapuceras pero tenían un encanto inmenso. La propia Bruguera era el desorden absoluto publicando, y así acabó, pero su época gloriosa es histórica.
Ahora mismo conservo todos los álbumes de Mortadelo y Filemón de entonces, y más que he ido adquiriendo esporádicamente. Los guardo como oro en paño, aunque en mi caso siempre estarán por encima los Tintin y los comics de Marvel, de los que poseo una inmensidad y que espero retomar pronto.
Siempre puedes releerlos. Y bueno... Igual una lectura de una hora te produce más placer que 24 en otra cosa que te entretiene pero no te da lo que lo otro te ha aportado. ¿No?
Mi hijo no coge un tebeo. Su ocio casero lo dedica a la Play. A mí me gustaría que lo combinara, pero no hay manera.
Lucifer, la tele es opcional pero díselo a un niño de 5 años, o dale la alternativa de realizar otra actividad si puede ver non-stop series que son el equivalente que para nosotros era Mazinguer Z. Lo del 13 Rue ciertamente todo un master para la vida.
rocko, ¿chapuceras?, te refieres a la factura técnica o al caos en publicación de series que continuaban, etc. Respecto a Tintín que los leí todos hace 20 años, me picó la curiosidad y me traje a casa "Los cigarros del faraón" y seguramente no es de los mejores porque me pareció un guión flojete con muchos personajes y pasajes del todo prescindibles, Lo del quiosco es una pena ciertamente.
David, estaba pensando que debe ser que les gusta hacer lo que los padres no queremos que hagan (rebeldía), a mi me decían que me iba a quedar tonto de tanto leer tebeos y cosas por el estilo...
Chapuceras no sé si es la palabra. Me refiero más que nada a los guiones que eran bastante simples y no mantenían una conexión de un álbum a otro, además de repetir gags y chistes. El propio Mortadelo y Filemón eran sólo cuatro personajes fijos y todo el resto no volvía a aparecer ni ser mencionado. A diferencia de Tintín, que cuidaba todos sus personajes al máximo y todo lo que ocurría quedaba en la memoria de la colección, por no hablar de los universos superheroicos todavía mucho más complejos.
Pero que no es una crítica, que ya sé que era otro rollo, más inocente, y precisamente ahí estaba la gracia.
Respecto a la editorial, lo de chapucera era del todo cierto, con infinidad de reediciones en distintos formatos sin ningún tipo de orden ni concierto.
Por cierto, mi álbum preferido de Mortadelo y Filemón siempre ha sido Valor y al Toro.
Por cierto, que me olvidaba, Ibáñez para mí siempre ha tenido su máximo valor en el apartado gráfico. Es un dibujante de cómic de humor excepcional, cuyos dibujos y narrativa a menudo pasaban por encima de los guiones.
Yo tuve la suerte de que mi padre trabajaba en Bruguera y siempre me traia algun tebeo cuando volvía de trabajar. Gracias a él tuve acceso a muchisimos comics y con el tiempo me convertí como el en un amante del mundo del comic.
Bruguera, a pesar de sus limitaciones, fue una gran empresa que proporcionó muchisimos ratos de diversión a millones de personas de todas las condiciones sociales a lo largo de su existencia con todos esos tebeos que habeis mencionado y que eran leidos por toda la familia.
Por eso nunca entenderé como la editorial tuvo ese triste final y como el gobierno de la epoca se desentendió completamente de su suerte.
Bueno rocko, en el libro que estoy acabando y comentare en breve dicen que Ibañez en sus buenos tiempos tenía una disciplina de trabajo "tirana" en la que tenia que entregar 20 páginas semanales, y que como no podia con todo le pusieron ayudantes que acababan dibujando paginas enteras, imaginate lo complicado de hacer que todo encajara. Pero te doy la razón, los álbumes largos podían haber hilvanado mejor las historias o desarrollar historias más curradas, pero no era el objetivo, no hay que ver a Ibañez como un Hergé que se tiraba sus meses largos para completar un álbum.
Mindthegap, ¡muy interesante lo de tu padre!. Ciertamente al comic ahora se le medio reconoce pero entonces...
Es que realmente los primeros álbumes como Valor y al Toro o El Sulfato Atómico son tremendos y le pueden toser a Tintín o a quien sea.
De todas formas casi todo lo que hizo en su época gloriosa de Bruguera me encanta y me parto. Pasó por alguna etapa más flojilla e incluso me tropecé con algún álbum realmente malo, pero créeme que el tio ahora sigue en plena forma, me leí unos cuantos de la última década y no tienen nada que envidiar a lo que hizo con Bruguera.
El gran Vázquez me ha parecido maravillosa.
Con respecto a los tebeos, creo que fuimos una de las últimas generaciones que se criaron con ellos de esa forma. Cuando no eran arte (aunque en el extranjero y en ciertos círculos así se les considerara), cuando eran juguetes de papel para toda la familia, como tú comentas (yo los compartía con mi abuela y mi tío; a mi abuela le encantaba el TBO). De hecho, yo leía tebeos cuando Bruguera estaba ya moribunda, pero seguía más que viva en los puestos y quioscos de cambio de tebeos. Algo parecido me pasó con las novelitas de a duro de ci-fi y terror, que ya habían casi desaparecido (o encarecido en exceso), pero que siguieron circulando de mano en mano durante años.
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